“que
aquel que este libre de pecado
Que
tire la primera piedra”
Esto lo tenía muy claro el maestro
Jesús. El sabia que al juzgar y condenar se descarga nuestra energía y esto fue lo que quiso manifestarnos con
esta actitud.
Aun recuerdo a aquel hermano
cristiano de la Salle ,
que para lograr que nosotros , sus alumnos, nos grabáramos lo anterior para
siempre, nos hizo llevar a clase una rosa, la mas hermosa que pudiésemos
encontrar, prometiéndonos que abría un premio para la rosa mas linda de todo el
curso,. Al día siguiente, los alumnos de los otros salones al vernos bajar de
los buses con la rosa en la mano, se preguntaban que pasaría, ya que era un día
normal, es decir no era ni la celebración del día de las madres, ni el del
maestro, ni mucho menos del día del amor y la amistad, además que era un
colegio masculino. El hermano se hizo presente a primera hora en nuestro salón
y después de la oración diaria nos dijo: “muy bien, espero que aprendan esta lección.
Todos coloquen la rosa en el piso, ahora, con el pie derecho písenla, bien
duro; ahora coloquen sobre ella el pie izquierdo, inclinen su cuerpo dejando
caer todo el peso de este sobre la punta del pie asta que sientan que ya se ha
desintegrado la rosa. Suficiente” dijo. “ahora todos deben recogerla con cariño
y dejarla en sus manos”.
Recuerdo que mi rosa estaba
totalmente desintegrada y cual seria mi sorpresa cuando escuche la orden: “reconstrúyanla y que quede exactamente
igual a como cuando llego al salón”. Todos observamos y dijimos:” pero hermano,
esto es imposible, esta destrozada, no se puede hacer”. A lo que el respondió”:
lo mismo pasa con el honor de una persona, una vez lo as pisado, calumniado y
maltratado. Es mas fácil reconstruir cada pétalo de estas rosas para que
vuelvan a ser hermosas, que levantar el honor y la dignidad de una persona
después de que lo as maltratado”.
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