miércoles, 9 de marzo de 2016

libre de pecado


“que aquel que este libre de pecado
Que tire la primera piedra”

Esto lo tenía muy claro el maestro Jesús. El sabia que al juzgar y condenar se descarga nuestra energía  y esto fue lo que quiso manifestarnos con esta actitud.

Aun recuerdo a aquel hermano cristiano de la Salle, que para lograr que nosotros , sus alumnos, nos grabáramos lo anterior para siempre, nos hizo llevar a clase una rosa, la mas hermosa que pudiésemos encontrar, prometiéndonos que abría un premio para la rosa mas linda de todo el curso,. Al día siguiente, los alumnos de los otros salones al vernos bajar de los buses con la rosa en la mano, se preguntaban que pasaría, ya que era un día normal, es decir no era ni la celebración del día de las madres, ni el del maestro, ni mucho menos del día del amor y la amistad, además que era un colegio masculino. El hermano se hizo presente a primera hora en nuestro salón y después de la oración diaria nos dijo: “muy bien, espero que aprendan esta lección. Todos coloquen la rosa en el piso, ahora, con el pie derecho písenla, bien duro; ahora coloquen sobre ella el pie izquierdo, inclinen su cuerpo dejando caer todo el peso de este sobre la punta del pie asta que sientan que ya se ha desintegrado la rosa. Suficiente” dijo. “ahora todos deben recogerla con cariño y dejarla en sus manos”.


Recuerdo que mi rosa estaba totalmente desintegrada y cual seria mi sorpresa cuando escuche la orden: “reconstrúyanla y que quede exactamente igual a como cuando llego al salón”. Todos observamos y dijimos:” pero hermano, esto es imposible, esta destrozada, no se puede hacer”. A lo que el respondió”: lo mismo pasa con el honor de una persona, una vez lo as pisado, calumniado y maltratado. Es mas fácil reconstruir cada pétalo de estas rosas para que vuelvan a ser hermosas, que levantar el honor y la dignidad de una persona después de que lo as maltratado”.

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